Presentar como modelo de vida a Jesucristo, Siervo de Dios y de toda persona, que ha venido a servir y no a ser servido (Cf. MC 10, 45)
– Cultivar la interioridad y la reflexión como aspectos fundamentales que nos conducen al trato con Dios (oración).
– Valorar la fraternidad y el ambiente comunitario como medio de unirnos a Dios y a nuestros hermanos dentro del Plan de Dios.
– Actuar con sencillez en nuestras acciones diarias que caracterizan una acogida basada en la hospitalidad y la aceptación a las personas y en la apertura a todos como centro católico, socializándonos especialmente con los más pobres y necesitados, siguiendo el carisma de M. Asunción Soler.
– En nuestro centro, el alumno es considerado en la globalidad de todos sus aspectos intelectuales, afectivos, físicos y morales. Todos ellos se trabajan de manera armónica y progresiva, para desarrollar personas con un gran sentido del respeto a la vida, los derechos humanos, ecológicos y amantes de la libertad.
– Cultivar el sentido de la responsabilidad como fruto de la acción basada en la reflexión, y el sentido del esfuerzo considerado como acto de generosidad y servicio hacia los otros y hacia uno mismo.
– Tenemos como modelo inspirador de nuestra misión a la Virgen María, bajo la advocación del Carmen (atentos a la Palabra de Dios que nos lleva a servir a los demás), que fiel a la llamada del Señor, dando un sí sincero y valiente al proyecto que Dios le confió, nos enseña a seguir a Jesús.
– Desarrollar la acción profética a ejemplo del profeta Elías: denunciando las injusticias y anunciando los valores evangélicos como alternativa de vida.
– Educamos a los alumnos para que reflexionen sobre una sociedad en continuo cambio y que críticamente contribuyan a mejorarla bajo el prisma del Evangelio
